Mi nombre es Raúl Caro y soy el creador de Pedres amb ànima.
Nunca había tocado la piedra hasta que, hace años, me regalaron unas herramientas que cambiarían mi vida.
Al esculpir mi primer símbolo —el Om— sentí una conexión tan profunda que comprendí que aquel gesto no era casualidad.
Era un camino que me estaba encontrando a mí.
Con el tiempo descubrí que la piedra era mucho más que un material: era un espacio de meditación activa, un lugar donde el ego desaparece y solo queda la presencia, el silencio y el sonido del cincel. Cada obra nace desde ahí.
Geometría sagrada, naturaleza y estado de conciencia.


